En Santiago, al menos 1.000 personas viajaron desde Plaza Italia hasta la sede del gobierno del Palacio de La Moneda para dirigir sus demandas al presidente del país, Sebastián Piñera.
El sindicato de estudiantes chilenos (Confech) también se sumó a la huelga y, según el sindicato de maestros, la calificó como “una verdadera movilización contra Sebastián Piñera”.
El motivo de la huelga docente fue el veto del presidente a parte de la denominada Ley de Propiedad Docente, que tiene como objetivo cambiar algunos aspectos del trabajo de los docentes.
El veto, por ejemplo, anula la eliminación de los motivos de despido por reiteradas malas evaluaciones, como la extensión de la licencia de los profesores por una semana más en invierno.
“Son logros para los docentes chilenos y para la educación, que no tienen relación con el fisco y que nos parecen muy graves”, dijo Carlos Díaz, presidente del sindicato de docentes, de la prensa local.
“Solo estamos hablando de mejorar las condiciones laborales, que también están directamente relacionadas con el trabajo con nuestros estudiantes”, continuó.
Por su parte, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, dijo que los puntos rechazados no desvirtuaron los beneficios para los docentes y apoyó la acción del presidente.
“Si un docente está mal calificado en tres revisiones consecutivas hoy, es una razón para dejar la profesión y creemos que es importante que esto continúe”, dijo el ministro a una estación de radio local.
En el Congreso, miembros de la facción opositora que forma la Comisión de Educación han rechazado el veto y esperan la necesaria mayoría de dos tercios en la Cámara de Representantes para restaurar el texto original de la ley. EFE
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