vu de santiago
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Originario de la Patagonia, el exdirigente estudiantil de 35 años ganó las elecciones presidenciales del domingo por un margen mayor al esperado. Apoyado por una coalición de socialdemócratas y comunistas, deberá acompañar la redacción de la nueva constitución.
Desde que se anunciaron los resultados casi definitivos el domingo por la noche, decenas de miles de simpatizantes de izquierda han estallado de alegría en las calles de Chile. La euforia se alivió inicialmente: la derrota de la extrema derecha, representada por Juan Antonio Kast, admirador de Jair Bolsonaro y del exdictador Augusto Pinochet. Pero también las inmensas esperanzas puestas en un joven que está en el centro de las luchas que la sociedad chilena ha librado en la última década: educación gratuita, pensiones justas, derechos de las mujeres, los de la comunidad LGBT+, el respeto a los indígenas ( 10 % de la población).
Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1990, la alternancia entre la derecha liberal y la izquierda moderada se ha visto sacudida. El recién llegado defendió los colores de un importante sindicato de izquierda, desde comunistas hasta socialdemócratas. Y su pasado como actor de las luchas estudiantiles es un ejemplo fresco del aporte de los sindicatos al panorama político latinoamericano: en Brasil, Lula se educó en las huelgas metalúrgicas, y en Bolivia, Evo Morales defendió a los cocaleros, pequeños propietarios de coca. Perú eligió recientemente al docente sindicalista Pedro Castillo como presidente.
Pelo revuelto
Georgia…
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