“Renunció a un trabajo y luego pasó todo”, dice. UOL Rodrigo Nuñez, 22, hijo de Alex. En la foto de abajo, Rodrigo usa una chaqueta de Colo-Colo, el equipo de fútbol que aprendió a amar de su difunto padre.
“Ese día empezó más temprano el toque de queda, le avisaron muy tarde y no sabía exactamente”, cuenta Rodrigo.
Chile ha tenido siete días consecutivos de restricciones de movimiento durante la noche impuestas por el ejército para tratar de detener la devastación y el saqueo que siguieron a los días de manifestaciones.
En Santiago hubo toque de queda desde las 22:00 horas del sábado. Pero el domingo la restricción en la capital se adelantó: a partir de las 20 o 19 horas, no hay información disponible.
En internet circularon videos con denuncias de humillaciones, torturas y disparos por parte de policías y militares contra personas que incumplieron la prohibición de conducir en los horarios prescritos.
Rodrigo, el mayor de los tres hijos que dejó Alex, afirma que su padre fue una de esas víctimas. Informa que la policía se acercó al electricista y trató de huir pero fracasó.
“Cuando lo agarraron, le patearon las piernas. Tres policías lo atacaron y lo golpearon en la cabeza, en el cráneo”, cuenta Rodrigo.
Asegura que vio a su padre “destrozado con su carita” en la esquina.
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