SANTIAGO, 30 ene (Reuters) – Manifestantes chilenos marcharon el domingo contra la inmigración y el crimen en el extremo norte del país andino, y algunas facciones violentas destrozaron propiedades de los campamentos de migrantes en las calles a medida que aumentaban las tensiones en la región por los controles fronterizos.

Las fotos mostraban a los manifestantes, muchos con banderas chilenas, desmantelando estructuras de tiendas de campaña y ropa de cama y colocándolas en una gran pila en la ciudad norteña de Iquique, haciéndose eco de las airadas protestas de septiembre pasado cuando se quemaron los campamentos.

A pesar de las restricciones por la pandemia en los últimos años, muchos migrantes de Venezuela y otros lugares han seguido intentando llegar a Chile, uno de los países más ricos de la región que se ha visto sacudido en los últimos años por las protestas contra la arraigada desigualdad.

“Esto no puede seguir así”, decía una pancarta de protesta de la marcha del domingo en la ciudad costera de varios miles de personas que se quejaron de lo que llamaron un aumento de la inmigración ilegal y un aumento de la delincuencia.

Medios locales informaron que un grupo de manifestantes agredió a un migrante. Los videos en las redes sociales mostraron al hombre tirado en el suelo rodeado de policías mientras los manifestantes le gritaban con banderas chilenas y ollas.

El llamado a la protesta se produjo después de que un grupo de migrantes venezolanos atacara recientemente a policías en un puesto de control, lo que provocó su arresto. Los manifestantes en las redes sociales también han llamado a huelgas en la ciudad por la situación.

La migración y el crimen fueron grandes preocupaciones para los votantes en las elecciones presidenciales de fines del año pasado, ganadas por Gabriel Boric, de 35 años, un legislador de izquierda y exlíder de las protestas estudiantiles, quien asumirá el cargo en marzo.

Información de Fabián Cambero; Escribe Adam Jourdan; Editado por Sandra Painter

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