El primer ministro Wickremesinghe, quien fue nombrado presidente interino durante la ausencia de Rajapaksa, también asumirá automáticamente el cargo si el presidente renuncia, pero él mismo ha manifestado su disposición a renunciar si hay consenso para formar un gobierno de unidad.
El proceso sucesor puede durar desde tres días, el tiempo mínimo que le toma al Parlamento elegir a un parlamentario para asumir el mandato de Rajapaksa, que finaliza en noviembre de 2024, hasta el máximo de 30 días que permite la ley.
Es probable que el presidente del parlamento dirija el país hasta que se elija un nuevo presidente. La votación tendrá lugar el 20 de julio.
El líder del principal partido de la oposición, Sajith Premadasa, que perdió las elecciones presidenciales de 2019 ante Rajapaksa, dijo que se postularía para el cargo. Algunos miembros del actual partido gobernante también han propuesto la idea de que Wickremesinghe se postule oficialmente a la presidencia.
Crisis económica
La huida del presidente sigue a meses de protestas en la isla, que enfrenta una de las peores crisis económicas desde la independencia en 1948.
Las tensiones y el descontento aumentaron en la isla a fines de marzo, cuando las autoridades impusieron cortes de energía que duraron más de 13 horas, lo que provocó que la gente saliera a las calles exigiendo la renuncia del gobierno.
Desde entonces, cientos de manifestantes se han asentado cerca de la sede del gobierno en Colombo y las protestas pacíficas se han convertido en una constante en todo el país.
Sri Lanka ha dejado de pagar su deuda externa de $ 51 mil millones y está en conversaciones de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según Manira Chaudhary, corresponsal del DW En Colombo, el nuevo gobierno está lidiando con la histórica crisis económica de Sri Lanka, pero “la estabilidad económica no llegará hasta que llegue la estabilidad política”. “El camino por delante será muy difícil, pero necesitan un gobierno estable”, dijo.
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