Colombia y Venezuela acordaron restablecer los lazos diplomáticos, poniendo fin a un enfrentamiento de varios años que convirtió la larga frontera entre los dos países sudamericanos en un territorio extremadamente peligroso.
Los dos países ya habían tomado medidas para normalizar las relaciones el mes pasado. Apenas habían pasado tres días desde la victoria de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de Colombia, cuando el presidente electo se dirigió directamente al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para expresarle su voluntad política de reabrir la frontera.
Esta vez fue un encuentro sorpresa para sellar un nuevo acercamiento. El canciller venezolano, Carlos Faría, y el jefe de la diplomacia designado por Petro, Álvaro Levya, se reunieron en San Cristóbal, capital del estado venezolano de Táchira, fronterizo con Colombia, y anunciaron una “normalización gradual” de las relaciones entre los dos países.
Según Leyva, los dos ministros mostraron voluntad de “estrechar los lazos de amistad y cooperación, de examinar todos los temas de interés binacional” y reafirmaron “la voluntad de trabajar juntos para garantizar la seguridad y la paz en la frontera entre países”. Faría, por su parte, habló de un “día histórico” y elogió a Petro.
Los primeros pasos después de que Petros asumiera el cargo el 7 de agosto incluyen el nombramiento de embajadores y funcionarios consulares y el fortalecimiento de la cooperación para mejorar la seguridad a lo largo de la frontera de más de 2.000 kilómetros.
Una de las preguntas clave que plantea el acercamiento Venezuela-Colombia es cómo se podrían ver afectadas las relaciones Bogotá-Washington. Estados Unidos tiene uno de sus principales adversarios estratégicos en el régimen de Maduro, mientras que Colombia es posiblemente el aliado más cercano de Washington en el continente sudamericano.
Colombia y Venezuela no han tenido relaciones diplomáticas desde 2019, cuando Maduro anunció el corte luego de que el gobierno de Iván Duque respaldara fuertemente al líder opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino de Venezuela en 2019 y ha sido reconocido por decenas de países. Duque fue uno de los líderes sudamericanos más partidarios de tomar una línea dura contra el régimen “chavista” e incluso apostar por su derrocamiento.
El cierre de la frontera y la falta de relaciones diplomáticas entre los dos vecinos crearon las condiciones para que el crimen organizado y diversos grupos terroristas operaran a su antojo en la región fronteriza. La expectativa ante la reanudación de las relaciones diplomáticas, dice el El países que Venezuela puede actuar como mediador en las negociaciones entre el Estado colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una guerrilla de inspiración comunista que representa una de las principales amenazas para la seguridad de Colombia en la actualidad.
Esta semana, el presidente de Chile, Gabriel Boric, también se ofreció a mediar en un acuerdo entre el gobierno colombiano y el ELN. Los líderes guerrilleros expresaron su voluntad de reanudar las negociaciones después de que Petros asumiera el cargo.
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