El Presidente de la República, Jair Bolsonaro, regresó a Brasil la noche de este sábado (23) luego de un viaje oficial de tres días a Chile. Su avión aterrizó en Brasilia alrededor de las 19:25 horas.
Chile fue el primer país sudamericano que visitó Bolsonaro después de asumir el cargo. En general, los presidentes brasileños visitan Argentina primero.
A principios de esta semana, Bolsonaro estuvo en Washington (EE. UU.) y se reunió con el presidente estadounidense, Donald Trump. Anteriormente había asistido al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
Bolsonaro viajó a Chile para asistir a una cumbre con otros líderes sudamericanos, incluidos Argentina, Colombia, Paraguay y Perú, para discutir la creación de un nuevo foro de desarrollo para el continente llamado Prosul.
La nueva organización regional surgiría para reemplazar a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), formada en 2008, en un momento en que el continente estaba gobernado principalmente por presidentes de izquierda.
El objetivo del nuevo Prosur, integrado por jefes de Estado de perfil conservador, es profundizar aún más el aislamiento del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
Bolsonaro y el presidente chileno Sebastián Piñera también firmaron compromisos relacionados con el comercio. En un encuentro este sábado en Santiago, reafirmaron el compromiso de ambos países con el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
Bolsonaro aterrizó en el país luego de un duelo de declaraciones a larga distancia con el presidente de la Cámara, Rodrigo Maia (DEM-RJ), sobre la articulación para la aprobación de la reforma de la seguridad social en el Congreso.
La reforma de pensiones cambia las reglas de pensiones para los trabajadores del sector público y privado, ya que el equipo empresarial lo ve como una prioridad para restaurar las cuentas del país. El gobierno también envió a la legislatura un proyecto relacionado con los militares.
El trámite de las propuestas en la Cámara de Diputados aún no ha comenzado, ya que enfrentan la oposición de los partidos, incluido el PSL de Bolsonaro, que se quejan de la falta de diálogo con el Palacio del Planalto.
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