A una semana del referéndum sobre una nueva constitución en Chile, las encuestas apuntan al fracaso de una propuesta para reemplazar la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet por una que introduzca más derechos sociales.
Todas las encuestas colocaron la opción “en desacuerdo” antes que la intención de voto para el 4 de septiembre, con porcentajes que alcanzan el 56% y una ventaja sobre “de acuerdo” que oscila entre 4 y 12 puntos.
Pero las encuestas también muestran un gran porcentaje de indecisos (del 10 al 15%), y hay una clara movilización ciudadana en las calles a favor de “aprobar” el texto, redactado por una asamblea constituyente elegida por voto popular, con paridad de género y asientos reservados para los pueblos indígenas.
“Voto por el rechazo principalmente porque la idea de crear (la nueva constitución) nació en un momento de gran crisis en nuestro país; no fue una decisión objetiva”, dijo a la AFP la profesora Luz Galarce.
Esteban Córdoba, artista visual de 40 años, respalda el nuevo texto, del que dice que “abre una ventana, no una puerta, para que seamos una nación desarrollada”.
– Voto obligatorio –
“Lo más probable es que gane el rechazo, y la diferencia en ese resultado depende de cuánta gente vote y quién vote”, dijo a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.
Se espera que más de 15 millones de chilenos acudan a las urnas el próximo domingo, en la primera convocatoria desde 2012 donde el voto será obligatorio y se impondrán multas por no votar.
Según el estudioso, el progresivo “rechazo” del nuevo texto constitucional se debe principalmente a “problemas de contenido” en relación con la organización estatal y menos a los derechos allí establecidos.
La nueva constitución quiere transformar el actual estado reducido, que prioriza la inversión privada, en un estado de bienestar con una amplia gama de derechos fundamentales.
Algunas de las propuestas más controvertidas incluyen la “plurinacionalidad”, o el reconocimiento de diversas naciones indígenas y pueblos indígenas; la creación de un consejo de la judicatura en lugar del poder judicial con un sistema judicial interno especial; y el derecho al aborto.
– Campaña “Sin precedentes” –
Los analistas atribuyen el beneficio del “rechazo” a varios factores, entre ellos una economía en desaceleración, un ambiente político tenso y una campaña exitosa de los opositores a la nueva constitución.
Hicieron una campaña sin precedentes en comparación con otras campañas de la derecha, considerando que el rechazo es básicamente una defensa del statu quo y la defensa de la constitución de Pinochet”, dice Claudia Heiss, politóloga de la Universidad de Chile.
Para Rodrigo Espinoza, académico de la Universidad Diego Portales, la nueva constitución, de aprobarse en Chile, “establecerá los lineamientos del constitucionalismo a escala mundial, al menos en Occidente”.
El acuerdo político para redactar una nueva constitución prevé que si el texto es rechazado, seguirá vigente la actual Carta Magna, redactada durante la dictadura de Pinochet (1973-1990) pero reformada decenas de veces tras el retorno a la democracia. .
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© Agencia France-Presse
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