“Dije que daría a conocer el informe antes de terminar mi mandato y lo hice”, dijo el expresidente chileno en un comunicado.
“Para ser honesto, la politización de algunos países de estos graves problemas de derechos humanos no ha ayudado”, dijo.
“Hicieron la tarea más difícil”, dijo Bachelet, y señaló que esta presión perjudicó las posibilidades de que el informe tenga un impacto real.
Bachelet se negó a decir qué gobiernos específicos habían ejercido presión, pero la semana pasada, en su última conferencia de prensa como directora de la oficina de derechos humanos de la ONU, reconoció que algunos estados miembros de la ONU le habían pedido que detuviera la publicación del informe.
Tras la publicación del documento, que encuentra motivos para creer que las autoridades chinas han cometido crímenes de lesa humanidad en Xinjiang, Bachelet instó a la comunidad internacional a “no utilizar cuestiones reales y graves de derechos humanos con fines políticos”.
El diálogo debe prevalecer, “pero eso no debe significar mirar para otro lado”, dijo Bachelet, quien ha sido duramente criticada por organismos de derechos humanos en los últimos meses tras un viaje de trabajo a China, durante el cual fue acusada de condonar violaciones de derechos humanos desde Beijing. . EFE
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