Más temprano, en 2016, la aprobación del juicio político a Dilma por parte de partidos liberales como PSDB, PMDB y DEM ayudó a abrir las puertas al neofascismo bolsonarista: “Este fue el crimen más grande jamás cometido dentro de la democracia. Cree que escapaste de Lava Jato cortándote el brazo y la pierna izquierdos. Es obvio que te va a salir mal”. Él mismo señala que la estrategia llevó a Bolsonaro, pero este grupo se salvó en cierta medida: “Algunos tienen muertes políticas, pero hace 581 días que nadie está preso”. Nobre califica esto como un error fundamental del conjunto de la derecha brasileña, que no puede repetirlo.
Altman argumentó que las fuerzas conservadoras siguen repitiendo el “error” en varios formatos de golpe, y Nobre respondió que la continuación de la estabilidad democrática, como ha sido el caso desde 1989, acostumbra a la población y dificulta los golpes mortales a la democracia. “Si logramos mantener lo nuestro, que no es obvio, la idea es que poco a poco haya una derecha democrática que acepte perder”, dice.
La demostración de que las fuerzas autoritarias son relevantes y están organizadas demuestra que la izquierda sola no puede aislar a la extrema derecha y que el sistema necesita una derecha democrática. En su opinión, si la ley respetuosa de las reglas no es estructuralmente posible, nunca habrá una democracia real. “¿Pasará? No lo sabemos. Pero no puedes ponerlo en la parte de atrás del lado izquierdo para hacer todo el trabajo. La golpearon hacia atrás con un camión, ella se recompuso y hace su trabajo, que es el frente amplio contra el autoritarismo”.
La derecha tradicional vio probabilidades electorales reales para Nobre en 2018 y descartó la oportunidad, creyendo que comandaría a las masas a partir de los días de 2013. que él sea capaz de liderar y controlar este movimiento es una locura hasta cierto punto… Él no sabe nada sobre la organización de masas”.
El científico social se muestra escéptico ante avances a corto plazo a través de la convocatoria de una nueva constituyente, reformas hacia una democracia plebiscitaria o procesos revolucionarios. “La idea de ruptura también favorece a la extrema derecha. Estamos en un momento de extrema fragilidad institucional. Bolsonaro destruyó todo lo que pudo destruir, socavó la confianza en todas las autoridades democráticas. Quien tiene el crédito de la destrucción institucional en este momento es Bolsonaro”, argumenta.
Ante la pregunta de Altman sobre si Lula debería convocar manifestaciones callejeras en un posible tercer gobierno, Marcos Nobre prefiere advertir sobre la organización de base digital, que Bolsonaro supo movilizar y la izquierda no. “La extrema derecha no está creando un grupo de Whatsapp y Telegram solo de política. Hay un grupo de madres, de desempleados, y en medio hay mensajes políticos. Eso es lo que llamamos trabajo de base”. La izquierda ha perdido el rumbo en este proceso y necesita reencontrarse, argumenta: “La base de hoy no es territorial, tradicional. En comparación con la extrema derecha, tenemos un déficit de organización digital”.
“Amante de los zombis. Fanático profesional del tocino. Pensador exasperantemente humilde. Aficionado a la comida. Defensor de Twitter”.