La ciudad de Santiago de Chile recibió los 566 nuevos buses volvo al sistema de transporte urbano. Los chasis del vehículo fueron fabricados en Fábricas en Curitiba y Borás en Suecia, y las carrocerías fueron realizadas por Marcopolo en Caxias do Sul en Rio Grande do Sul y por Caio en Botucatu en São Paulo.
Dentro de la Red Metropolitana de Movilidad, que es el nombre del sistema de buses de Santiago, hay 473 buses convencionales y 93 buses articulados operados por las empresas RBU Santiago SA y Buses Alfa e Omega del Grupo Metropol. Las entregas forman parte de la licitación definida el año pasado, la mayor de América Latina en los últimos años.
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Para llegar a Santiago, los vehículos viajaron en convoy a través de los Andes por el famoso camino Los Caracoles, llamado así por la larga serie de tortuosos cambios de elevación en la cordillera que separa Argentina y Chile. El viaje tiene más de 2.700 km recorridos en diez días.
Los 93 autobuses articulados son vehículos articulados Volvo B8R. Es un chasis de entrada baja, capacidad para 180 pasajeros y motor trasero de 8 litros. Los otros 473 autobuses también son modelos Volvo B8R de entrada baja, pero en configuración convencional para 78 o 95 pasajeros, según la carrocería. Entre otras cosas, los vehículos tienen un sistema de freno de disco electrónico, suspensión electrónica, un sistema de gestión de flotas Volvo Connect y un servicio de gestión de zonas de seguridad en red.
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