Meses después de que el pueblo chileno rechazara una propuesta constitucional cargada de propuestas de izquierda que podrían llevar al país a la pobreza y el atraso, Chile intentará nuevamente definir una nueva Carta Magna que sustituya a la que actualmente elabora el gobierno del dictador Augusto Pinochet. Queda por ver si el nuevo texto puede satisfacer los deseos de los chilenos, quienes han mostrado signos de insatisfacción con sus líderes políticos y funcionarios electos desde 2019.
El llamado Acuerdo por Chile, ratificado el 11 de enero por una amplia mayoría de legisladores chilenos de 14 partidos, fijó las reglas para la conformación y funcionamiento de la nueva asamblea constituyente del país -denominada Consejo Constitucional- e identificó 12 puntos básicos eso debe tenerse en cuenta al redactar la nueva constitución.
El pueblo chileno merece una constitución que refleje fielmente sus aspiraciones.
Según el texto aprobado, primero se conformará una comisión de 24 expertos, integrada por nombres propuestos por la Cámara y el Senado, que se encargará de redactar un “anteproyecto” que servirá de base para la discusión de la nueva constitución. . En mayo, será el turno de los votantes chilenos para elegir a los 50 miembros del Consejo Constitucional. A partir de la formación del consejo, el grupo tiene cinco meses para redactar el texto definitivo de la constitución, que debe ser presentado a una comisión técnica de 14 abogados.
El Comité Jurídico será el encargado de revisar y determinar si el texto es consistente con 12 bases institucionales predeterminadas, entre ellas las que contemplan a Chile como una república democrática; reconoce a los pueblos indígenas como parte de la nación chilena; la separación entre los tres poderes; y la garantía de derechos fundamentales como el derecho a la vida, a la propiedad, a la libertad de conciencia y otros. Una vez cumplidas estas etapas, el texto será sometido a referéndum.
A diferencia de la Asamblea Constituyente anterior, que fue mayoritariamente de tendencia izquierdista y elegida en una elección empañada por tasas de desinterés y abstención de casi el 60% en Chile, existe la esperanza de que esta vez los votantes sean más cautelosos al elegir a sus electores. Esto será fundamental para que el resultado final sea una constitución capaz de perfeccionar el modelo que ha puesto a Chile a la vanguardia del desarrollo en el continente sudamericano, y no una hornada más de propuestas llamadas “progresistas”, como esta que rechazan los chilenos. en septiembre del año pasado.
Es de esperar que los partidos y líderes chilenos hayan entendido finalmente que el pueblo chileno no quiere ver sacudida su constitución y refundadas las bases del país, como insisten muchos en la izquierda, incluido el presidente Gabriel Boric, para defender. En lugar de poner patas arriba el statu quo, la forma más sensata de hacerlo es promover la mejora de los modelos e instituciones existentes, crear espacios para una mejor atención a los más necesitados, no sobrecargar el Estado y no caer en la error de brindar meramente ayuda y no devoción ante los peligros de la identidad. El pueblo chileno merece una constitución que refleje fielmente sus aspiraciones.
Infografía Gazeta do Povo[Clique para ampliar]
“Incapaz de escribir con los guantes de boxeo puestos. Totalmente entusiasta del alcohol. Pensador sin disculpas. Adicto a los zombis certificado”.