El presidente de Chile, Gabriel Boric, aceptó este sábado (7) la renuncia de la ministra de Justicia, Marcela Ríos, en medio de una crisis de gobierno desatada por 13 indultos navideños otorgados por la izquierda a finales de 2022.
“Reconozco que hubo desacuerdos en la implementación de mi decisión de indulto”, dijo Boric en un comunicado, citando también la necesidad de fortalecer el liderazgo político del departamento, que también se ocupa de los derechos humanos. “Cuando ocurren situaciones así en la política, tenemos que asumir la responsabilidad”.
El presidente designó en el ministerio al abogado Luis Cordero Vega, profesor de la Universidad de Chile. El caso también motivó la renuncia del jefe de gabinete de Boric, Matías Meza-Lopehandía, según informó la prensa local.
La salida de Ríos se produce poco después de que dos partidos de oposición, Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente, anunciaran que presentarían una demanda constitucional contra el ahora exministro el próximo lunes (9), medidas como estas pueden ser juzgadas políticamente en el Congreso, donde el gobierno no tiene mayoría.
La denuncia estaría motivada por la concesión presidencial de 13 indultos, que fueron tramitados el 30 de diciembre del año pasado. Ríos finalmente absorbió el calor, aunque decisiones como esta recaen en Boric.
La medida se impuso a favor de 12 condenados, de entre 21 y 38 años, acusados de participar en las grandes protestas de 2019 que se conocieron como la “explosión social” y un exmiembro del grupo armado FPMR, condenado por agresión. Banco impuesto en 2013.
Desde su campaña en Boric, ha prometido otorgar ese tipo de indultos a personas vinculadas a los crímenes de 2019, que terminaron con tratos encabezados por la facción del actual presidente, entre otros. Las manifestaciones de entonces dejaron alrededor de 30 muertos y 400 heridos, muchos con heridas en los ojos, en medio de la represión policial -también miles de agentes resultaron heridos-.
Los desacuerdos que llevaron a la destitución del entonces ministro se dieron porque el número de indultados variaba, siendo el primer anuncio oficial 11 personas y una revisión posterior confirmando que eran 13. Además de falta de coordinación, la oposición acusó a la dirección de ambigüedad y comunicación en el proceso.
En cualquier caso, Ríos también ha sido criticado por su liderazgo en las negociaciones para formar el Fiscal General –el gobierno aún no ha logrado concretar el nombramiento, y el Parlamento ha excluido a dos de los nominados–. Boric ha apelado a la legislatura para que no ocupe el cargo.
La renuncia del Ministro de Justicia marca el tercer cambio en la oficina de Boric en alrededor de diez meses. Tras el rechazo a la propuesta de constitución en septiembre en lo que fue visto como una derrota del gobierno, el líder de izquierda impulsó una minireforma en la que dio más espacio al centro y nombres experimentados.
En esa ocasión, sacó del equipo a dos de sus nombres más cercanos, el militante Giorgio Jackson, quien ascendió de secretario general de la presidencia a jefe de desarrollo social, e Izkia Siches, quien fue ministra del Interior.
Los indultos, como una atribución al presidente en Brasil, han causado polémica en otras ocasiones en Chile. El antecesor de Boric, Sebastián Piñera, por ejemplo, otorgó el beneficio a los condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
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