El gobierno de izquierda vio el rechazo a la reforma fiscal encaminada a subir los impuestos a los más ricos para financiar reformas sociales. El Presidente anuncia su primera reforma ministerial
El gobierno chileno esperaba celebrar el primer año de gobierno del presidente Gabriel Boric el 11 de marzo con la aprobación de su reforma tributaria, una ley básica en el programa de la izquierda electoralmente victoriosa. El texto pretendía allanar el camino para la financiación de los programas sociales prometidos y poner fin a un comienzo de mandato tedioso y lleno de problemas.
Pero el miércoles 8 de marzo, la gran coalición de izquierda en el poder (desde el Partido Comunista hasta el centroizquierda) sufrió un duro revés. La Cámara de Diputados, por un voto, rechazó en principio un debate sobre la reforma fiscal propuesta por el gobierno.
Boric ahora tiene que esperar un año antes de poder presentar un nuevo texto sobre la modificación de la tributación de los ricos. Este retraso es muy vergonzoso ya que el mandato del joven presente es de solo cuatro años.
Después de que los diputados rechazaran su texto, Boric se presentó desde el norte del país, claramente molesto. “Parece que el objetivo de algunos es perjudicar al gobierno, impedir el cambio (…), pero están perjudicando a millones de chilenos y chilenas que durante años han deseado un país más justo, un sistema de salud que los proteja y no ellos endeudados, un país con pensiones dignas”, explicó.
Anunció una reorganización del gabinete el viernes. La medida preocupó a la mayoría de los ministros ya que las revisiones de desempeño y el conocimiento público de sus funciones no cumplieron con las expectativas.
Hay un conflicto interno en el gobierno. El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, discutió incluso con la diputada Viviana Delgado (Comité Verde Ecologista). La pelea la llevó a la Enfermería del Congreso. El incidente culminó con la ruptura del partido con el gobierno debido al cambio de postura del ministro. Esto resultó en tres votos menos en la cámara, incluido el de la propia diputada.
La salida de Ávila fue calificada de segura en la prensa chilena. Uno de los que se iría es el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD), quien fue reprendido personalmente por Boric por pelearse con Viviana Delgado. El episodio fue una de las causas del rechazo a la reforma tributaria, uno de los golpes más duros que ha sufrido el gobierno a lo largo de su sexenio. El presidente anunciaría el cambio de ministros el viernes. La salida de Antonia Urrejola de la Cancillería fue tan natural como la de Julieta Brodsky (cultura). •
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