Los incendios forestales han quemado más de 750 hectáreas de bosque en Chile, destruyendo casas y amenazando fincas y bosques en medio de una ola de calor de verano en el sur y centro del país.
Hasta el momento el fuego ha cubierto unas 550 hectáreas, un área casi tres veces el tamaño de Mónaco, cerca de la ciudad de Chillán, a unos 400 kilómetros de la capital Santiago, según la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Alrededor de 200 hectáreas también fueron devastadas en otra parte de la región de Nuble, agregó.
“Es como si su vida hubiera terminado”, dijo Juan Pradenas, un mecánico cuya casa en Chillán fue destruida por un incendio. “A mi edad tengo que volver a luchar para recuperar mi equipo, perdí todo mi equipo de trabajo”.
El Ministerio del Interior de Chile colocó en alerta roja a las regiones más al sur de Ñuble y Biobío, ya que busca obtener más recursos para combatir el incendio en áreas de producción agrícola y forestal. El ministerio también cerró temporalmente siete parques nacionales en Santiago y algunas regiones del sur de Chile debido al riesgo de nuevos incendios.
El gobierno también teme que el Puelche, un fenómeno de vientos cálidos y secos que se espera llegue pronto al centro y sur de Chile, pueda aumentar los desafíos para una región que ya registra temperaturas de 42 °C. “Es una combinación muy compleja”, dijo a periodistas el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela.
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