¿Cómo es Pinochet la constitución actual de Chile?

Aprobada durante la dictadura militar, el texto de la actual Carta Magna chilena ha sido modificado varias veces desde entonces. ¿Todavía se puede hablar de la “Constitución de Pinochet”?La actual constitución de Chile fue aprobada en 1980 durante la dictadura del general Augusto Pinochet. Desde entonces, ha sufrido más de 60 conversiones y amplias renovaciones.

Incluso después de la entrada en vigor de la constitución, el país permaneció en estado de emergencia, explica el abogado constitucional Javier Couso de la Universidad de Diego Portales en Santiago de Chile. Los derechos fundamentales no se aplicaron hasta la transición democrática en 1989.

En ese año la constitución sufrió su primera gran reforma. “Ha habido negociaciones con la oposición a la dictadura para eliminar algunos de los aspectos más grotescamente inaceptables”, dice Couso.

La mayor reforma de 2005, bajo el gobierno del presidente socialdemócrata Ricardo Lagos, eliminó dos de los aspectos más cuestionados del texto original. Hasta entonces, del 20 al 25 por ciento de los escaños del Senado no habían sido elegidos democráticamente “para cambiar la voluntad del pueblo”, subraya Couso.

Además, los comandantes de las fuerzas armadas todavía no estaban bajo control civil.

En los últimos tres años se han producido nuevas reformas que han permitido la implementación de los actuales procesos constituyentes. El primer proceso, en el que la izquierda eligió a la mayoría, resultó en el rechazo de una nueva constitución propuesta en un referéndum. El segundo está en marcha, con la reciente elección de un Consejo Constitucional de derecha.

¿Sigue siendo la constitución de Pinochet?

Con tantos cambios, ¿se puede seguir llamando a la actual Carta Magna la “Constitución de Pinochet”? “No comparto ese nombre”, dice el abogado constitucionalista Miguel Ángel Fernández de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

A su juicio, la reforma de 2005 en particular, pero también la interpretación y aplicación de la Carta Magna por parte del Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, “han cambiado o matizado más o menos profundamente lo definido en el texto original, según el tema”. .

Couso, por su parte, dice que “tiene sentido hablar de ‘la constitución de Pinochet’ porque en todas las reformas no hay una coma o una letra que no sea una concesión de los herederos de la dictadura”.

A su juicio, sería como si Cuba se convirtiera en una democracia con una constitución marxista, y las reformas en el texto dependieran de las concesiones de los herederos políticos del Partido Comunista.

Ambos especialistas dicen que hay varios aspectos progresistas en el texto de la actual Constitución que podrían reencontrarse al redactar la nueva Carta Magna. Couso destaca la introducción de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y Fernández “el reconocimiento de la dignidad humana, el hecho de que el Estado esté al servicio del pueblo, y los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana como límites del poder”.





Nazario Ortega

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