El aumento de la contaminación, la actividad industrial y ahora la gripe aviar amenazan a los delfines chilenos, una de las ballenas más pequeñas del mundo, que vive en las heladas aguas del Océano Pacífico frente a las costas de Chile.

La larga costa de Chile ayuda a que el país sea uno de los mayores exportadores de pescado y desarrolladores de acuicultura del mundo, pero este ecosistema está en peligro de extinción.

Conocido como “Tonín Negro”, la pequeña población de delfines vive en las costas sur y central de Chile en bahías utilizadas para actividades industriales como cultivo marino y recolección de algas.

Además de la infección de aves silvestres y animales marinos, también se detectó gripe aviar en el complejo industrial. En marzo de este año, el país también registró un caso de la enfermedad en humanos.

Soledad Tapia, directora del servicio de pesca del país, dijo que dos especies de delfines se han infectado con el virus. “También son una categoría vulnerable”, dijo.

“Los delfines chilenos comparten espacio con los humanos y sabiendo esto tenemos que trabajar aún más para proteger a este espécimen único”, dijo el veterinario Cayetano Espinosa, y agregó que la especie es “muy frágil porque apenas queda hay pocos delfines”.

Espinosa es miembro del Centro de Estudios de Ecosistemas Marinos de Chile Yaqu Pacha.

El curador del Museo Nacional de Historia de la principal terminal marítima del país en San Antonio, José Luis Brito, dijo que constantemente recibe reportes de delfines varados en las playas, a veces atrapados en redes y a veces muertos por la contaminación, el consumo de plástico u otros desechos.

“El delfín chileno está desapareciendo a un ritmo alarmante. Cada día los vemos menos en la costa”, reflexionó.