En 38 años, Brasil ha quemado 185,7 millones de hectáreas, un área equivalente a los territorios combinados de Colombia y Chile, o el 21,8% del territorio nacional. Así lo muestran los datos de MapBiomas Fogo, un mapa que utilizó imágenes satelitales para contar el área destruida por las llamas entre 1985 y 2022.
“Este conjunto histórico de datos sobre incendios nos permite comprender el impacto del clima y la actividad humana en los incendios y los incendios forestales”, dice Ane Alencar, coordinadora de MapBiomas Fogo y directora científica del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia (IPAM). .
Utilizando imágenes generadas por tres satélites Landsat, se rastreó el impacto del fuego en todos los tipos de uso y cobertura del suelo en el territorio brasileño. Según los resultados, el Cerrado y la Amazonía fueron los biomas más afectados, con cerca del 86% del área quemada.
El Cerrado quemó un promedio de 7,9 millones de hectáreas cada año, un área del tamaño de Escocia. En la Amazonía, el promedio fue de 6,8 millones de hectáreas/año. Al analizar las proporciones de las áreas afectadas dentro de los biomas, el Pantanal fue el más afectado: el 51% de su territorio fue destruido por incendios durante este período.
Cubierta dañada por el fuego
Según el análisis, más de dos tercios (68,9%) de los incendios y quemas ocurrieron en vegetación nativa, variando la proporción entre biomas. Por ejemplo, los pastizales y las sabanas son los tipos de vegetación nativa más afectados, mientras que los incendios son más comunes en la selva amazónica y atlántica en áreas antrópicas, es decir, áreas que han sido modificadas por el hombre, como los pastizales.
Mato Grosso fue el estado con más incendios en el período examinado, seguido de Pará y Maranhão. Las comunidades que más se quemaron en el país fueron Corumbá (MS), São Félix do Xingu (PA) y Formosa do Rio Preto (BA). Según Ane, el fuego no siempre es indeseable.
“El fuego solo es malo cuando se usa incorrectamente y en biomas que no dependen del fuego para su autosostenimiento, como el Amazonas.” En biomas como el Cerrado, el Pantanal, las Pampas, el fuego juega un papel ecológico y necesita gestionarse adecuadamente para que no se convierta en un medio de destrucción”, explica el experto.
frecuencia e intensidad
Aunque son naturales en algunos ecosistemas, los datos muestran que la frecuencia e intensidad de los incendios ha aumentado en los últimos años debido a la deforestación y el cambio climático, afectando las temperaturas y aumentando las sequías.
“Las medidas relacionadas con el Manejo Integrado del Fuego (MIF) son importantes para esto, ya que pueden reducir la cantidad de material combustible y prevenir grandes incendios a través de la combustión prescrita y controlada”, dice Ane.
Se puede acceder a los datos cartográficos completos de forma gratuita en el sitio web MapaBiomasuna organización que reúne a universidades, ONG y empresas tecnológicas.
El estudio también proporciona cortes por frecuencia, bioma, estado, municipio, cuenca, área protegida, tierra indígena, asentamientos y áreas del Registro Ambiental Rural (CAR). Este catastro es un registro público obligatorio de todas las tierras rurales y recopila información para la planificación ambiental y económica y para combatir la deforestación.
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