Novo Banco y Banco Best fueron condenados a pagar unos 200.000 euros más intereses a un cliente por incumplir el deber de información en la compra de productos financieros.
A finales de 2014, un cliente de Novo Banco y Banco Best residente en Leça da Palmeira quería invertir 200.000€ y pedía productos de bajo riesgo que no tenían nada que ver con Banco Espírito Santo. Ella suscribió bonos que fueron devueltos al llamado “banco malo” un año después.
La hipótesis estaba prevista en las cláusulas del contrato, pero no fue debidamente comunicada, según el tribunal de Póvoa de Varzim.
“Estos bonos, que son modelos de inversión y que fueron vendidos a nuestro cliente como una inversión segura, ya que eran bonos emitidos por Novo Banco, ya bajo el control del Estado portugués y sin riesgo de inversión, en realidad contenían una cláusula que permitía la proliferación de obligaciones con el Banco Espírito Santo y eso fue lo que pasó”, explicó el abogado Pedro Marinho Falcão.
Por decisión del Banco de Portugal, la deuda pasó a BES en 2015 y cuando las obligaciones vencieron en julio de 2016, el cliente no fue reembolsado. Ni capital ni intereses.
“BES, mientras tanto, quebró y nuestro cliente, que había sido mal informado por el banco que vendió este producto financiero, perdió todo su dinero invertido”, dijo Pedro Marinho Falcão.
Siete años después de la fecha de vencimiento, el tribunal de Póvoa de Varzim estuvo de acuerdo con el cliente y ordenó a las dos instituciones pagar el monto total más los intereses. Es una sentencia rara en el universo bancario portugués, pero los dos bancos creen que los tribunales revocarán la decisión.
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