- marcia carmo
- De Buenos Aires a BBC Brasil
La visita del presidente Jair Bolsonaro a Chile, la primera desde que asumió el cargo, ha generado polémica en la región andina. Bolsonaro aterrizó en Santiago el jueves por la tarde.
Por un lado, la oposición, que tiene mayoría en el Congreso, y organizaciones de derechos humanos se oponen a la visita de Bolsonaro porque este había elogiado al dictador Augusto Pinochet (1915-2006) durante la campaña electoral presidencial.
Del otro lado están el anfitrión, el presidente de centro-derecha Sebastián Piñera, y parlamentarios de la base gobernante, quienes ven en la visita una vía importante para acercar a los dos países.
“Es muy antidemocrático rechazar la visita de un presidente elegido democráticamente por los brasileños en elecciones limpias e incuestionables”, dijo la senadora Jacqueline Van Rysselberghe, del partido de derecha Unión Democrática Independiente (UDI), que forma parte de la base del gobierno cerca de Piñera. . “No nos corresponde a los chilenos cuestionar las decisiones soberanas de otros países. Y Bolsonaro es fundamental para que superemos la política de izquierda, que terminó en escándalos de corrupción”.
Bolsonaro fue invitado por Piñera a participar de las discusiones sobre la creación del organismo regional Prosul junto con otros líderes regionales. La entidad reemplazará a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que fue respaldada por los expresidentes Lula y Hugo Chávez, entre otros políticos de centroizquierda.
Para el analista y profesor de la Universidad de Valparaíso Guillermo Holzmann, Prosul simbolizaría el giro a la derecha en la región, persiguiendo objetivos como la coordinación de políticas hacia Venezuela y medidas económicas y comerciales dirigidas a los países de Asia-Pacífico, entre otros.
Para Holzmann, el desacuerdo sobre la visita de Bolsonaro “se debe a lo que se ha dicho sobre Pinochet y más recientemente sobre (el dictador) Alfredo Stroessner de Paraguay, además de lo que ya ha dicho sobre las mujeres, que no son muy apreciadas por políticos y sectores.” que defienden la democracia y condenan años de dictadura en la región”.
Bolsonaro elogió al dictador Stroessner durante una reunión reciente con el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, hijo de uno de los principales asesores del presidente que gobernó el país entre 1954 y 1989.
A su llegada a Chile, según vehículos locales, Bolsonaro dijo “aquí no voy a hablar de Pinochet”.
Para Holzmann, la presencia del presidente brasileño fortalecerá la imagen de Piñera como líder del movimiento de centroderecha en Chile, lo que podría dificultar el avance de sus proyectos en el Congreso -el gobierno no tiene mayoría en el Parlamento-.
Según Matthias Erlandsen, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Desarrollo, la visita de Piñera aumentará la simpatía de los evangélicos chilenos por su gobierno con la visita de Bolsonaro. A diferencia de Brasil, el grupo evangélico chileno sigue siendo cauteloso, dicen los analistas, pero al igual que varios países vecinos, ha ido creciendo en los últimos años.
Invitación rechazada
Sumándose a factores anteriores como las declaraciones de Bolsonaro, la polémica en torno a la visita en los últimos días se ha visto exacerbada por la decisión de los líderes opositores el miércoles de rechazar la invitación de Piñera a almorzar con el presidente brasileño. En un gesto de acercamiento, Piñera invitó este sábado a los políticos del país a un almuerzo en honor a Bolsonaro para celebrar su visita y su cumpleaños. Este jueves cumplió 64 años (21).
Los presidentes del Senado, Jaime Quintana (Partido por la Democracia), y el presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores (Democracia Cristiana), opositores a Piñera, declinaron la invitación.
Quintana dijo que no irá “por convicción política” y que los “defensores de dictadores” no son bienvenidos en el país.
Para la senadora Jacqueline Van Rysselberghe, sin embargo, “la oposición ha desatado una polémica artificial” y Brasil, como una de las economías más grandes del mundo, es “un socio estratégico importante para Chile”.
El país, que según cifras oficiales tiene alrededor de 17 millones de habitantes y tratados de libre comercio con más de 60 mercados, tiene a Brasil como uno de sus socios comerciales más importantes.
medios de comunicación social
La polémica llegó incluso a las redes sociales. En Twitter, la diputada del Partido Comunista Carmen Hertz dijo que “unirse a Bolsonaro hoy es como unirse a Hitler en 1936”.
En respuesta a ese tuit, el académico chileno Robert Funk dijo que Bolsonaro era “populista, racista, homofóbico, misógino, autoritario”. Y solo si la persona se levanta de buen humor. Ojo (con las comparaciones)”.
En un discurso el jueves en la recepción del presidente colombiano Iván Duque, quien apoya a Prosul, Piñera se refirió a las críticas que había recibido el brasileño, pero no mencionó a Bolsonaro por su nombre.
“Sé que ha habido algunas críticas en nuestro país. Pero todo país tiene derecho a elegir sus gobiernos”, dijo. También dijo que su gobierno mantiene “un fuerte compromiso con la defensa de los derechos humanos”.
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