El país andino cuenta con una ley fundamental que se remonta a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Hay varios síntomas que indican que es posible que no logremos darle al país una buena nueva constitución. “Veo que los legítimos ganadores de las elecciones a la Asamblea Constituyente intentan una vez más, como en venganza, hacer valer su peso para dar a sus electores características de identidad”, criticó el exjefe de Estado.
Según Bachelet, las fuerzas mayoritarias en la Asamblea Constituyente han impulsado su agenda para torpedear cualquier intento de consagrar en la nueva Constitución “derechos o políticas públicas con las que no están de acuerdo” en áreas como la salud, el aborto o la propiedad y los baños públicos. .
“Una constitución no es el espacio para dar estatus nacional a determinadas identidades políticas o para hacer notar o mantener el triunfo de unas sobre otras”, defendió Bachelet, recordando que la ley básica del Estado debe ayudar a “procesar democráticamente” las diferencias “. . del país, informó el diario chileno La Tercera.
Finalmente, el expresidente de la República condenó a quienes ponen en peligro la “convivencia democrática” para “proteger sus intereses”.
“Es un error creer que podemos debilitar la democracia sin perjudicarnos a nosotros mismos. Cuando la democracia está en peligro lo correcto es ceder”, subrayó.
El Partido Republicano de extrema derecha de Chile obtuvo una victoria aplastante en las elecciones a la Asamblea Constituyente a principios de mayo, obteniendo 23 de los 50 escaños en el organismo responsable de redactar una nueva constitución para el país. tras el fracaso del proceso anterior.
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