Los estudiantes universitarios no siempre comprenden la importancia de proteger sus descubrimientos e invenciones. Para que los estudiantes de la UFRJ comprendan qué es la protección de la propiedad intelectual y cómo funciona, Inova UFRJ contó con el patrocinio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI/OMPI), el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), la Micro y Pequeña Empresa Brasileña Servicio de Apoyo (SEBRAE), que contribuyó a la movilización de productores y la formulación técnica de proyectos, y con el apoyo del Parque Tecnológico de la UFRJ y de la Oficina Japonesa de Patentes (JPO), desarrolló un proyecto donde los estudiantes aprenden mientras ayudan a las pequeñas empresas.
Durante cinco meses, 25 estudiantes viajaron por diferentes regiones de Brasil para desarrollar soluciones de diseño de identidad visual y packaging para asociaciones de productores rurales certificados con Registro de Indicación Geográfica, sello que garantiza que el producto existe sólo en un lugar específico. El resultado del trabajo conjunto será presentado el próximo martes (26), de 9:00 a 16:30 horas, en la Inovateca del Parque Tecnológico de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Según Clorisval Pereira, profesora de la Escuela de Bellas Artes y coordinadora del proyecto, participaron cinco asociaciones. Fabricantes de bordados Divina Pastora, en Sergipe, reciben soluciones personalizadas; azafrán de Mara Rosa en Goiás; Guaraná de Maués en el Amazonas; Café de Matas de Minas en Minas Gerais y Socol, un embutido de cerdo de Venda Nova do Imigrante en Espírito Santo.
“El objetivo era ayudar a los fabricantes a abrir conjuntamente su campo de visión y el de los estudiantes, ofrecer una amplia gama de opciones y mostrar cómo el diseño puede ayudarles a hacer que los productos sean más atractivos y vendibles”, afirma el profesor.
En la reunión, los productores verán por primera vez las soluciones creadas por los estudiantes de las carreras de comunicación visual, diseño, diseño de productos, bellas artes, arquitectura y tecnología de producción y discutirán opciones de implementación, discutirán posibles ajustes y discutirán planes de viabilidad.
“Discutemos las opciones. ¿Existe alguna imprenta en Amazonas que pueda desarrollar el empaque resultante? ¿Cómo podemos llevar a cabo el proyecto propuesto? “Estas preguntas se plantearán durante el encuentro donde queremos promover la creación de nuevos grupos de estudiantes con nuevos productores”, enfatiza Clorisval.
Según el profesor, la iniciativa vinculó la enseñanza y la ciencia con la sociedad y el sector productivo. Considera que protegiendo y reconociendo la marca del fabricante y de la región, se aumenta la valorización de los productos, lo que estimula el turismo y facilita el acceso a nuevos mercados. Los estudiantes también se beneficiaron de la experiencia.
“Es enriquecedor para los estudiantes, salen de la teoría, de las lecciones y pueden trabajar en un caso real con especificaciones reales”, dice Clorisval.
El programa también se llevó a cabo en Chile
El mismo proyecto de formación de estudiantes ya se llevó a cabo en Chile, donde se desarrollaron soluciones para pequeños productores que vendían dulces en las carreteras elaborados principalmente con frutas locales. La OMPI también financió a estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago para desarrollar una máquina expendedora y una aplicación que ofrece alimentos con pago automático en estaciones seleccionadas, aumentando así las ventas y el conocimiento de los productos. Para ello, ajustaron el tamaño de los caramelos y construyeron nuevos recipientes que encajan en las máquinas.
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