Chile recibió este cuarto de la presidencia por tiempo la Alianza del Pacífico, organización latinoamericana de integración diplomática y comercial que reúne a cuatro países de la región: Colombia, México, Perú y Chile. Santiago asumirá el mando de la empresa durante un mes, disipando las dudas surgidas tras las altas tensiones entre México, que se negó a trasladar el mando a Lima por motivos políticos.
Tras un acuerdo entre las naciones y los miembros de la alianza, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, entregó el mando a su homólogo chileno, Alberto van Klaveren. Al acto, celebrado esta mañana en la Cancillería de Chile, en el centro de Santiago, también asistió Renzo Villa Prado, responsable de asuntos peruanos en Chile. Este mismo país asumirá la presidencia dentro de un mes, en momentos en que el período excepcional chileno está llegando a su fin.
“Chile ha ejercido sus buenos oficios con países amigos, con México y también con Perú, y ocupa el cargo interino de presidente por tiempo El ministro Van Klaveren explicó que su país había aceptado el acuerdo “en un espíritu de hermandad con los países y también con el consentimiento de todos los miembros de la alianza”.
El Canciller chileno dijo: “Siempre hemos reconocido el derecho del Perú a ejercer la presidencia por tiempo En este sentido, hemos decidido actuar como mediadores para resolver esta situación”. Además, destacó el compromiso voluntario de los mexicanos que concretaron este paso y reiteró que “los cuatro países siguen comprometidos con el futuro de la Alianza”. “Realmente creemos que podemos seguir avanzando en el proyecto y promover aún más la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”, aseguró el ministro de Asuntos Exteriores del presidente Gabriel Boric.
El traspaso del mando temporal a Chile marca la conclusión de un episodio complejo entre México y Perú, países que mantuvieron una relación distante tras el fallido intento de autogolpe del expresidente peruano Pedro Castillo. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su rechazo al gobierno provisional limeño que lidera Dina Boluarte, en un conflicto que se ha extendido al organismo multilateral.
Se esperaba que Lima asumiera la presidencia de la Alianza del Pacífico en los últimos meses de 2022 o principios de 2023, pero la diplomacia mexicana aún está en marcha. “No quiero dejarlo en manos de un gobierno que creo que está equivocado. “No quiero legitimar un golpe de Estado”, dice López Obrador.
La defensa del gobierno mexicano estuvo en el centro desde el primer momento, ya que Castillo fue víctima de acoso durante su mandato y su destitución se debió a intereses de las élites económicas y políticas del país andino. “Fue un golpe al conservadurismo por parte de dirigentes que, como los conservadores de México, son clasistas, racistas y muy corruptos”, dijo el presidente de la nación norteamericana, quien meses atrás ofreció su apoyo al gobierno de Castillo. Yo digo “rabia conservadora”.
El apoyo de López Obrador al expresidente de Perú se concretó al otorgar asilo a su familia. La acción solo se produjo con la primera dama peruana, Lidia Paredes, ya que Castillo fue detenido tras su fallida maniobra política.
El gobierno de Boluarte ha rechazado la postura del gobierno mexicano y ha tomado varias medidas como: B. la expulsión del embajador de México en Perú, Pablo Monroy; para deponer finalmente a su homólogo en México, Manuel Talavera Espina, y con él reducir las relaciones entre ambas naciones a empresarios. El Congreso peruano votó una moción para expresar su enojo por la “constante e inaceptable injerencia en los asuntos internos” de López Obrador y el presidente colombiano Gustavo Petro, quien se vio afectado por la crisis política que afecta al país sudamericano.
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