Después de más de un mes de espera, brasileños cruzan la frontera con Egipto

La crisis del período especial no sólo llevó al desmantelamiento del Estado de bienestar construido hasta ese momento, sino que también aisló a Cuba del mundo comercial y financieramente. Esto dejó a la isla en una situación extremadamente vulnerable dado el bloqueo económico estadounidense que ha asfixiado a la economía cubana durante décadas.

“La difícil situación económica, agravada por el confinamiento, hace que la gente piense más en la planificación familiar. Las familias suelen empezar a elegir entre cuidar de parientes ancianos o tener hijos. También hay problemas con el alojamiento, es difícil para las parejas jóvenes que quieren conseguir su propia casa.

El envejecimiento de la población trae consigo una serie de retos y problemas de diferente índole. Especialmente en el desarrollo económico del país. El Estado invierte cada vez más en el cuidado de las personas mayores -a través de un sistema de seguridad social- mientras que el desarrollo de la población activa se ralentiza.

“En general, la población joven cubana no es como otras poblaciones latinoamericanas con bajos niveles de educación. Aquí tienen expectativas y las cumplen para acceder a niveles superiores de educación y educación superior. Pero no todos los trabajos son técnicos. Algunos trabajos son bastante elementales y requieren fuerza física. Los países llamados “desarrollados” generalmente alivian estos problemas aceptando mano de obra migrante”.

Durante años, las autoridades cubanas han experimentado con diversas estrategias gubernamentales para mitigar los efectos del envejecimiento de la población. En particular, diferentes esfuerzos se relacionan con el cuidado de las personas mayores y los niños.

Una de estas iniciativas son las Casas de Abuelos, centros de día donde las personas mayores pueden comer, hacerse exámenes médicos, realizar actividades de ocio o simplemente socializar con sus pares.

“Vengo aquí casi todos los días a pasar el día”, dijo Inaury Peña, una mujer de 76 años que visita una Casa de Abuelos en Miramar.

“Normalmente hacemos actividades físicas por la mañana y actividades artísticas por la tarde. Siempre quise pintar, pero al final no fue así. Cosas de la vida. Pero hace unos años comencé a dedicarme a ello y a tomar cursos aquí y comencé a aprender”, dice mientras pide a sus compañeros que le traigan algunos de los cuadros que están haciendo actualmente.

A pesar de las dificultades que enfrenta la isla, las iniciativas estatales y locales de este tipo han aumentado en los últimos años.

Desafíos de la modernización

En la concurrida esquina de Línea y Paseo de La Habana, una decena de jubilados hacen fila frente a los cajeros automáticos. El reciente proceso bancario en Cuba fue una modernización necesaria para la economía del país, pero también un desafío para quienes siempre han realizado sus transacciones en efectivo. Especialmente para las personas mayores.

Al llegar a la fila, Marlen Montes pregunta quién es la última y busca un rincón con sombra donde refugiarse del intenso sol. Acompañada de su nieto, un joven de poco más de veinte años, a quien inmediatamente varias personas que esperan en la cola le piden ayuda.

“Me acompaña todas las semanas para hacer compras y trámites. Y cuando venimos aquí, siempre ayuda a todos”, dice Montes, riendo y orgulloso. Brasil en realidad.

El cuadro se repite en toda Cuba. Lejos de las postales turísticas, cuando se camina por los barrios habaneros es fácil notar el envejecimiento de la población. Además de las dificultades de la vida cotidiana y el deterioro de la situación económica, también se están creando redes de solidaridad que intentan resolver los problemas cotidianos.

Marlen dice que su casa es una casa típica cubana, donde suelen convivir tres generaciones. Es viuda desde hace varios años y vive con su hija, su yerno, dos nietos y la novia de uno de ellos. “La joven pareja está intentando construir en la parte trasera de la casa, pero no es fácil debido a los materiales, que son muy caros o no están disponibles”, afirma.

La idea de tener un bisnieto la ha entusiasmado durante años. Pero cuando se pregunta a la joven pareja cuándo decidirán ser padres, la respuesta es siempre la misma: primero, quieren independizarse del hogar familiar. Algo que no siempre resulta fácil, ni siquiera en un entorno profesional.

La decisión de los nietos de Marlen de posponer la planificación familiar es generalizada entre los jóvenes cubanos. Las preocupaciones profesionales y cotidianas a menudo desplazan el pensamiento de los niños a un segundo plano.

Nazario Ortega

"Avid thinker. Food geek. Travel addict. Explorer. Beer fanatic. Entrepreneur."

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *