El Congreso chileno aprobó este miércoles (11) un nuevo proceso destinado a sustituir la actual constitución del país, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Este no es el primer intento de reemplazar la constitución del país: los chilenos eligieron una asamblea constituyente que redactó una carta, pero un referéndum el 4 de septiembre de 2022 rechazó esa versión.
Luego de este proceso, “las principales fuerzas políticas coincidieron en la idea de que hay que buscar una nueva constitución que no sea la convención constitucional, pero que sea necesaria una diferente a la de 1980”, dijo la abogada Claudia Sarmiento.
El intento de cambiar la constitución promulgada por Pinochet, que ha sufrido decenas de reformas desde el retorno a la democracia, cobró un impulso crucial tras las violentas protestas del 18 de octubre de 2019.
El presidente chileno vuelve a retomar los fragmentos después de que la nueva constitución propuesta fracasara en el referéndum
La ley que habilita la reforma constitucional fue aprobada en la Cámara de Diputados por 109 votos a favor, 37 en contra y dos abstenciones, superando el quórum requerido.
proceso atípico
El nuevo intento de reforma, que mezcla cuerpos electos y designados, ya había sido aprobado por el Senado y debía ser aprobado por el presidente Gabriel Boric esta semana.
“Tenemos aquí un modelo atípico que no se reproduce en otras partes del mundo, pero que responde a la realidad política y económica de Chile”, dijo el constitucionalista Tomás Jordán.
A diferencia del intento anterior, que fue redactado por una convención conjunta de 154 miembros elegidos por voto popular y con cuotas para los pueblos indígenas, este nuevo enfoque tiene tres órganos, uno de los cuales es de elección popular.
Los chilenos elegirán un consejo constitucional de 50 miembros el 7 de mayo, pero también habrá dos órganos designados por el Congreso, cuya composición ha sido cuestionada por los críticos del proyecto.
El comité de expertos redactará un borrador que será discutido en el órgano electo y el comité técnico de admisibilidad para garantizar que los artículos no entren en conflicto con los llamados principios básicos.
“Llegan a ese número muy razonable, que conlleva ciertas garantías desde el punto de vista jurídico y político, garantías para la participación del Congreso Nacional, cuya tarea será la elección del Comité de Expertos”, explicó Sebastián Zárate, profesor de la la Universidad Autónoma.
Se espera que el proceso concluya con una votación de ratificación en diciembre.
– Diferencias – La principal diferencia son los 12 principios fundamentales inmutables que deben incluirse en la nueva Carta Magna, establecidos antes del inicio del proceso: Así, Chile es una “república democrática de carácter unitario y descentralizado”.
Los pueblos indígenas serían reconocidos “como parte de la nación chilena, que es una e indivisible”, impidiendo que Chile sea declarado un estado “plurinacional”, como lo hizo el proyecto rechazado. También establece la existencia de tres poderes distintos: ejecutivo, judicial y legislativo, con Senado y Cámara de Diputados.
La propuesta rechazada introdujo los sistemas judiciales y reemplazó el Senado por la Cámara de Regiones.
El nuevo proyecto también estipula, entre otras cosas, la autonomía del banco central y de la Contraloría General de la Unión.
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