A veces, los partos son complicados. La nueva Asamblea Constituyente de Chile (o Convención Constitucional), que se encarga de redactar una constitución para el futuro privado del legado de Pinochet, debe ser seis meses después de la elección como presidente de la académica mapuche Elisa. Loncon y el vicepresidente Jaime Bassa constituyeron nuevos órganos de gobierno.
Duró casi 20 horas de sesión y 9 elecciones entre los 155 miembros electos de esta asamblea constituyente. La reunión, que comenzó a las 9:30 a.m. del 4 de enero, tuvo que ser interrumpida en medio de la noche sin que emergiera una clara mayoría. La propia composición de esta asamblea constituyente explica en gran medida la dificultad. Los partidos políticos tradicionales son minoría. Por tanto, es necesario llegar a un consenso entre algunas de estas fuerzas políticas y otras emergentes (una “nueva izquierda”), los candidatos independientes de la “sociedad civil” y los representantes de los pueblos.
Como ya está escrito (AQUÍ), Cristina Dorador parecía estar sujetando la cuerda. Sin embargo, este renombrado biólogo y acérrimo ecologista no logró (por mucho) obtener los 78 votos que se requerían para la mayoría. El Partido Socialista bloqueó al tratar de hacer pasar a su candidata Ramona Reyes hasta que los votantes se enteraron de que estaba involucrada en un caso de corrupción. Pero el handicap también vino de algunos representantes de los pueblos indígenas, y hasta la octava vuelta, Eric Chinga, candidato independiente y representante del pueblo diaguita, mantuvo su candidatura para el handicap de Cristina Dorador.
Ante un callejón sin salida, Elisa Loncon y su vicepresidente, Jime Bassa, tomaron la sabia decisión de suspender la sesión. El tiempo para descansar y también para llegar a un acuerdo amistoso entre bastidores. Por la mañana, Cristina Dorador retiró su candidatura, al igual que Bárbara Sepúlveda del Partido Comunista, quien manifestó: “Si queremos construir mayorías, tenemos que mostrar generosidad política”. Algunas de las principales fuerzas presentes (Partido Comunista, Frente de Izquierda, Independientes y los representantes de los pueblos indígenas) lograron consensuar la candidatura de la electa independiente María Elisa Quinteros. Para conseguir la mayoría, a las 9ese Votación, también se benefició de un voto decisivo del centro derecha, el de Luciano Silva, maestro de educación general y pastor evangélico, miembro del Partido Renovación Nacional en María Elisa Quinteros. saludado “Una persona de consenso”.
María Elisa Quinteros, 39, es dentista capacitada. Después de estudiar en la Universidad de Talca en la región del Maule en el centro de Chile, trabajó durante 8 años en el departamento de salud de Hualañé, un pequeño pueblo de 10,000 habitantes, antes de regresar a la Universidad de Talca como investigadora en el departamento de salud. Miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Epidemiología, también es activa en la Fundación Afluentes (muy consciente del medio ambiente) y en la red ambiental de la región del Maule.
La Asamblea Constituyente también tuvo que elegir su nuevo presidente. Y allí 102 votos (de 155) recayeron sobre Gaspar Domínguez, de 32 años, también elegido de forma independiente, homosexual reivindicado y militante por la diversidad sexual desde la primera votación. Trabaja como médico rural en la región de los lagos en el centro de Chile.
Como desea Elisa Loncon, la asamblea constituyente vuelve a ser presidida por una mujer. Y la edad de su vicepresidente confirma el lugar que ocupa la juventud en la construcción de un nuevo Chile. Pero hay más. María Elisa Quinteros y Gaspar Dominguez están profundamente comprometidos con los temas de salud pública, y este es un capítulo importante para la nueva constitución en un país donde el sistema de salud sigue siendo profundamente desigual. “Cualquiera que tenga dinero va a clínicas privadas y es tratado de inmediato, explica Angelika. En el hospital público, tuve que esperar dos años antes de que pudieran operarme la vesícula biliar. Los que pueden pagar tienen acceso a la salud, los demás mueren mientras esperan la atención “, así atestiguado, en liberar, Angélica Rojo, ex trabajadora textil. Una “brecha” entre clases sociales, que a su vez se remonta a la época de Pinochet y su serie de reformas neoliberales.
¿Significa esto que la cuestión ecológica queda en el camino? Por supuesto que no. Como Cristina Dorador, María Elisa Quinteros está a la vanguardia del tema. En la asamblea constituyente votó por todas las propuestas para una mejor consideración de la naturaleza en los proyectos constitucionales y para la defensa del agua como bien público.
Y ante las últimas maniobras de la ley para impulsar la minería privada, se organiza la resistencia. A fines de diciembre, el presidente saliente Sebastián Piñera y su ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, intentaron aprobar nuevas subastas mineras que impulsarían la producción anual de litio de Chile (leer AQUÍ) de 148.000 toneladas actuales a … 400.000 toneladas para 2050! Es bueno que los buitres del planeta sean saqueados mientras hay grano que moler y ganancias que recolectar, independientemente de las consecuencias ecológicas. Mientras los científicos denuncian un proceso de toma de decisiones apresurado (que se llevó a cabo en menos de 3 meses), Gabriel Boric pide la suspensión de cada nueva aplicación minera hasta que asuma el cargo: “El litio es el mineral del futuro que se utiliza en millones de dispositivos electrónicos. Chile no puede cometer el error histórico de reprivatizar sus recursos, y para eso crearemos la Compañía Nacional de Litio..
Varios sindicatos, uniones ambientales y civiles, están convocando a manifestaciones en todo el país este viernes 7 de enero. Lema: “A recuperar nuestros recursos” (Restaurar nuestros recursos).
(El artículo se publicó originalmente en Humanidades : https://www.leshumanites.org/post/%C3%A0-ta-sant%C3%A9-chili )
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