La reforma tributaria en Chile, pilar del programa de gobierno del izquierdista presidente Gabriel Boric, es un proyecto “ambicioso” pero “viable”, evaluó el viernes la OCDE al presentar un informe con previsiones para el país.

A través de esta reforma, que pretende recaudar el 3,6% del PIB, el gobierno de Chile pretende financiar la implementación de su programa de protección social para ampliar la cobertura en las áreas de salud, educación y seguridad social.

El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que “Chile necesita reformas para aumentar la productividad, la protección social y los ingresos fiscales y para enfrentar desafíos de corto plazo como la alta inflación”.

El año pasado, la economía chilena creció un 11,9%. Pero en 2022, la OCDE pronostica que el crecimiento de Chile se desacelerará a 1,9%, 0,5% más que el pronóstico de la misma organización en junio pasado. Para 2023, la compañía espera que el PIB caiga un 0,5%.

El poder adquisitivo de los chilenos ha caído en el último año, entre otras cosas por el aumento vertiginoso de la inflación anual, la más alta en 30 años (14,1%), y la desaceleración del crecimiento global, dijo la organización.

En este escenario, la agencia cree que aumentar los ingresos públicos a través de una reforma fiscal “integral” es un plan “ambicioso pero factible”.

La reforma tributaria “va en la dirección correcta, acercando la recaudación de impuestos al promedio de América Latina y la OCDE, que es de 28% y 34%, respectivamente”, agregó.

El gobierno de Boric dio a conocer una reforma tributaria el 1 de julio que incluye la introducción de regalías sobre actividades mineras y un impuesto a la riqueza, con expectativas de recaudar el equivalente al 4,1% del PIB. Pero una serie de cambios en el Congreso significará una reducción de 0,5 puntos porcentuales en la estimación de ingresos.

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