Chicas con falda corta sirven pedidos en establecimientos tradicionales.
Los clientes beben sus bebidas mientras están de pie mientras “pagan”.
El visitante desprevenido puede sorprenderse con una suerte de restaurante tradicional santiaguero llamado “café con patas”.
Es un lugar donde se puede disfrutar de café y otras bebidas, pero con la particularidad de que estas son servidas por chicas con vestidos cortos que se mueven sobre un piso estratégicamente elevado para que los clientes puedan “mirar” a los camareros.
La moda comenzó hace al menos cuatro décadas en tiendas como Café Haití, Café Caribe y Café Brasil, que tienen locales en el casco antiguo de la capital chilena. Sin embargo, a la modalidad se le han dado versiones más atrevidas y menos “familiares”, con camareras en bikini y más parecidas a las casas de striptease.
Estos establecimientos están cerrados, a diferencia de los más tradicionales “cafés con patas”, donde mujeres jóvenes en minifalda atienden a los clientes en salas que dan a la calle. Allí no pasa mucho más allá del servicio de café con el ‘bonus’ del voyeurismo, fórmula que funcionó en un país de tradición más conservadora como Chile e incluso hay muchas mujeres que lo visitan.
El invento es 100% chileno y ha despertado tanto interés entre los turistas que ya existe un tour organizado por la empresa. la bicicleta verde, que pasa por un café con piernas. Según el sitio web de la agencia, el objetivo de la gira es mostrar “el verdadero Chile y su gente”.
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