Los expertos están preocupados por la realidad del cáncer entre las mujeres en Chile, especialmente el cáncer de útero. A la necesidad de fortalecer las medidas preventivas se sumaron otras variables como factores ambientales y demográficos derivados de la migración y la falta de actualización de guías clínicas.
Así lo dijeron las expertas que participaron en el ciclo de conversatorios sobre oncología para mujeres organizado por la Fundación Chilesincáncer, dirigido a médicos oncólogos y especialistas en formación.
Mauricio Cuello, ginecólogo, docente y director de investigaciones de la Pontificia Universidad Católica, explicó que “el hecho de que el cáncer de útero sea una de las diez principales causas de muerte por cáncer en mujeres en Chile es una aberración y una falta de éxito de las políticas públicas a nivel nacional”. nivel.” , porque es un cáncer que se puede erradicar. Tenemos mucho que hacer en materia de prevención”.
El cáncer de útero es el tercer cáncer más común entre las mujeres en Chile, con una incidencia de 11 casos por 100.000 habitantes, una tasa de mortalidad de 5,2 por 100.000 habitantes y una edad promedio de 49 años, explicó Benjamín Walbaum, oncólogo de la UC Christus y el Hospital Sótero del Río, docente de la PUC y director médico de Fundación Chilesincáncer.
Reto para la política pública
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desarrollado una estrategia global para eliminar el cáncer de endometrio basada en tres pilares clave: vacunación, detección y tratamiento. Además, se definió que un país logra la erradicación una vez que la incidencia de esta enfermedad alcanza un umbral inferior a cuatro casos por 100.000 habitantes al año.
El doctor Cuello expresó preocupación por el abordaje del país ante el cáncer de útero, que permite la detección oportuna en el acto, así como terapias de calidad y apoyo para el acceso a nuevas alternativas de tratamiento para las pacientes.
“Actualmente estamos en apuros porque no existe un perfil terminado para el cáncer de cuello uterino y es necesario que se incluya en los canales de caracterización de tumores”, afirmó el especialista. Para el cáncer de mama este perfil está garantizado por el GES, pero para el cáncer de útero y de endometrio las guías clínicas no se han actualizado y hay mucho acceso a los recursos terapéuticos que podemos ofrecer a nuestros pacientes de forma segura y de alta calidad. manera de calidad”, dijo Plant.
En este sentido, la calidad del tratamiento que reciben los pacientes también es relevante, porque “la radioterapia que no se administra a tiempo, en los momentos adecuados y con el equipo adecuado finalmente tiene un impacto en la supervivencia y la calidad de la supervivencia de estos pacientes”. que lamentablemente todavía no está cubierto en nuestro país”.
El especialista estima que los esfuerzos futuros para combatir el cáncer de útero deben apuntar a reducir la posibilidad de infección por el virus del papiloma humano (VPH), que es el principal factor de riesgo. Para ello, “es necesario garantizar que todos los hombres y mujeres estén vacunados contra el VPH como medida pública y realizar un cribado eficaz en la población, que permita el diagnóstico en una fase temprana de la enfermedad, cuando las posibilidades de recuperación son muy altas”. alto “alto”.
Respecto a tratamientos como la inmunoterapia, el doctor Cuello destacó la respuesta de las pacientes con cáncer de útero y de endometrio que habían dado indicación del tratamiento, pero advirtió: “Estamos ante el dilema de ver cómo ofrecemos esta opción a las pacientes, que no están en el canal GES. Pase lo que pase, este tipo de alternativa es accesible para pacientes bien indicados y los procedimientos quirúrgicos ultrarradicales, más extensos y complejos perderán espacio a medida que estas alternativas se vuelvan rentables”.
Detección temprana y prevención
Marisa Bustos, médica oncóloga, radioncóloga y docente de la PUC, coincidió durante el conversatorio en que los desafíos incluyen prevenir enfermedades a través de una mejor educación sobre los riesgos de no realizar periódicamente pruebas de detección, así como el impacto de variables como la obesidad y el tabaco en el cáncer. en las mujeres y la necesidad de apoyo psicológico y el desarrollo de programas de manejo para los sobrevivientes de cáncer.
En este sentido, el especialista ve la necesidad de incorporar la mejor planificación en el diagnóstico, que incluya perfiles moleculares para caracterizar mejor los tumores: “Siempre ha sido una obligación respetar los mejores estándares para seleccionar a los pacientes para los diferentes tratamientos”. En sí mismo significa que tenemos que hacer más tratamientos, pero a veces también significa ajustarlos o hacer menos terapias, porque no vamos a exponer a un paciente si no hay un beneficio adecuado”.
“Creemos que la caracterización más precisa de las enfermedades hoy en día es algo a lo que debemos estar muy atentos y desarrollar conocimientos para contribuir a la comunidad local”, digo.
Para el docente, la demografía actual en Chile debe ser otro factor relevante a la hora de brindar opciones de tratamiento de la patología. “Desde hace 30-35 años, las mujeres con cáncer de útero tienen en promedio 60 años, mientras que en los últimos 10 años la edad promedio de las mujeres que atendemos en la consulta es de 35 años e incluso tenemos pacientes de 23- 24 años “Con este cáncer la realidad impuesta ha cambiado, y también el desafío de tratar a un grupo de edad diferente con los mismos tratamientos en un momento diferente de sus vidas es una realidad diferente”, afirmó.
El doctor Bustos agregó: “También sabemos que en ciudades como Antofagasta la población inmigrante tiene una gran necesidad de tratamiento del cáncer de útero avanzado. Nuestra evolución demográfica cambió la necesidad de atención en los hospitales”.
El ciclo de conferencias sobre oncología de la mujer continúa el 11 de octubre con el tema del cáncer de mama.
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